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21 Jul 2014 / Fundación CIEN

Tres investigadores españoles, entre los miembros de los comités ético y legal del Human Brain Project

El Human Brain Project (HBP) ha nombrado a los miembros del Comité de Ética en la Investigación (Research Ethics Committee, REC) y del Comité de Aspectos Éticos, Legales y Sociales (ELSA, por sus siglas en inglés), cada uno de los cuales asesorarán de manera independiente su gestión.

Alberto Rábano, director del Banco de Tejidos de la Fundación CIEN y la Fundación Reina Sofía, e Ignacio Torres-Alemán, investigador principal de CIBERNED, son dos de los miembros del Comité de Aspectos Éticos, Legales y Sociales, compuesto por un mínimo de 12 miembros regulares cuya tarea consiste en asegurar que el HBP realice una gestión ética de ciencia y tecnología, así como que se comprometa con la innovación responsable. Este comité es responsable además de la supervisión estratégica de las cuestiones éticas, jurídicas y sociales en su función de asesoramiento al Consejo de Gobierno del Proyecto y su Comisión Ejecutiva.

Miguel Medina, director científico adjunto de CIBERNED, ha sido a su vez designado como miembro del Comité de Ética en la Investigación, cuya tarea es ayudar al HBP a garantizar que su investigación cumpla con los mayores estándares éticos posibles, así como para que se cumpla la legislación europea, nacional e internacional pertinente en cada una de las actuaciones del Proyecto, así como con las normas deontológicas impuestas por los correspondientes organismos profesionales. Este órgano, de carácter consultivo, está compuesto por seis miembros entre los que se encuentran, además de Medina, varios expertos internacionales en diversas ramas de la neurología, derecho, psicología y economía, entre otras disciplinas.

Como continuación del proyecto internacional Blue Brain, y del Proyecto Cajal Blue Brain en España, el Human Brain Project trata de facilitar a los investigadores en el ámbito internacional una herramienta que ayude a entender cómo funciona el cerebro humano, además de simular informáticamente su funcionamiento, mediante el empleo de nuevos modelos, algoritmos y supercomputadores.

El cerebro humano maneja billones de unidades de procesamiento unidas por kilómetros de fibras y trillones de sinapsis, y consume la misma energía que una bombilla. Entender cómo sucede esto, y saber cómo se comunican las diferentes partes del cerebro, abriría nuevas fronteras para el conocimiento de su funcionamiento, así como para el estudio profundo de sus enfermedades.

Un Comentario

  1. Beatriz Stella Maris Pellejero / 28 Jul 2014

    Si bien mi título de Bioquímica me permite leer los documentos de divulgación científica con cierta fluidez, espero que este comentario se lea con la benevolencia de los que de verdad son expertos en las ciencias de la salud humana.
    Mi comentario:
    Una mirada cautelosa de las enfermedades crónicas del siglo XX y XXI como el
    cáncer, el Alzehimer, el Párkinson, etc. ¿no nos llevaría a pensar que no es ético
    poner el caballo detrás del carro y tomar los diagnósticos por imágenes como métodos de prevención, en especial cuando se trata de diagnósticos en los que se utilizan radiaciones y se somete al paciente a periódicos controles?.
    Para investigar la evolución de pacientes sanos sometidos a controles periódicos de este tipo, ¿se usaría un grupo control de la misma índole al que no se le haría el control o se haría un control no radiante?. ¿Qué pacientes darían su consentimiento y bajo qué condiciones aceptarían entrar en tales protocolos?.
    Sé que son temas de bioética, pero es necesario ser conscientes y pensar que no debemos formar parte de un mercado que para vender tecnología de cualquier clase busca justificaciones en la salud y raras promesas de prevención, como lo es la senografía en la mujer, por ejemplo. ¿Cuánto cáncer de mama y de tiroides pudo haberse generado por causa de raras o poco creíbles prevenciones?.

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